<iframe width="420" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/quMqsYNlj2s" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Alzheimer, Parkinson, Demencias Cuerpos Lewy.
Monday, May 28, 2012
CONCLUSIÓN
Como corolario del presente estudio, queremos
poner de manifiesto, que el mismo es el resultado de ingentes horas de trabajo,
habida cuenta de la dificultad radica en que el origen de las patologías
neurodegenerativas, amén de tener un denominador común en el OVN u ÓRGANO DE
JACOBSON, inciden múltiples concausas que difieren sustancialmente de unos
individuos a otros, que impiden abordar
unívocamente su incidencia en los seres humanos.
De un lado, nos
encontramos con causas endógenas, como la diferente localización y
desplazamiento del propio OVN en cada uno de los seres humanos y que viene
determinada por la embriogénesis. Este puede resultar un factor importante al
ubicar el OVN de forma que los flujos aéreos permitan una mayor inhalación y
respuesta del OVN. Que el orificio que conecta la cavidad vomeronasal con la
cavidad nasal, pueda ser mayor o menor y, en su caso, localizado con un ángulo
de incidencia y penetración disímil. Que el epitelio vomeronasal tenga más o
menos células periféricas y más o menos ramificaciones nerviosas, dependerá en
la gestación de cada individuo entre la decimosegunda a la decimocuarta semana.
En unos individuos esa estructura quedará más ciliada y seudoestratíficada, en
otros, por el contrario, el efecto será menor y, en su consecuencia son más
receptivos y, por ende, proclives a una activación involuntario del OVN.
Otro factor
determinante, es la secreción de la sustancia mucosa respiratoria, por cuanto
se localiza y sedimenta a modo de filtro protector, no sólo en el orificio sino
a través del conducto que comunica la cavidad nasal con la vomeronasal. Los
hábitos saludables como el ejercicio físico y una ingesta de líquidos adecuados
pueden contribuir a un mejor funcionamiento y, por ende, normalidad en la
secreción de sustancia mucosa.
La edad del
individuo, sobremanera a partir de los 65 años, coadyuva exponencialmente a
padecer estas patologías.
Como factores exógenos, podemos resaltar
creciente contaminación ambiental, con
manifiesta proliferación de vomeroferinas de nuevo cuño en los últimos dos
siglos, que determinan que el OVN, registre sustancias hasta ahora del todo
punto desconocidas para los individuos, cuyas adversas reacciones están por
concretar.
La ingesta de
tabaco, por cuanto produce la sedimentación junto a la sustancia mucosa de gran
cantidad de nicotina y alquitrán, que viene a obstruir en un primer momento el
orificio que da acceso a la cavidad vomeronasal
y a lo largo del orificio que desemboca en el OVN.
En el terreno
médico-científico, la complejidad se patentiza, en el hecho de que afecta a dos especialidades distintas como
son la otorrinolaringología y la neurología.
Se podría aseverar que está en el límite de ambas. En la
primera, se ha partido de la premisa errónea que el OVN u ÓRGANO DE JACOBSON, es
un vestigio evolutivo NO FUNCIONAL, descuidándose, en su consecuencia, el estudio
riguroso del mismo y, los posibles efectos secundarios que se puedan derivar de
su posible extirpación en los seres humanos. Las últimas investigaciones del OVN en humanos, acreditan todo lo
contrario que el OVN sería un órgano FUNCIONAL, en mayor o menor medida, en los
seres humanos.
En el campo de la neurología, por el
contrario, queda huérfano del estudio
del origen que desencadena el proceso, y que se focaliza en un órgano cuyo
estudio pormenorizado compete a la otorrinolaringología y que, por
consiguiente, resulta fundamental su estudio para determinar sus consecuencias, en los
procesos neuronales ulteriores.
En su consecuencia, abordar con rigor la
erradicación de las patologías neurodegenerativas requiere la integración de un
equipo multidisciplinar, compuesto por al menos un otorrino y un neurólogo que
vengan a verificar la tesis mantenida en el presente estudio.
Este equipo
multidisciplinar, habrá de tener en consideración que a diferencia de los
animales, el OVN en humanos ha ido perdiendo su primitiva funcionalidad e
intensidad, tal y como fue configurado, para en la actualidad ser un órgano
parcialmente funcional- epitelio vomeronasal parcialmente recubierto por
neuronas sensoriales bipolares- cuya
frecuencia e intensidad en su activación depende de una serie de concausas a lo
largo de la vida, que no se replican de igual modo, en todos los seres humano.
Así mismo, se deberá
contemplar la circunstancia que no se pueden utilizar como parámetros
comparativos fidedignos los estudios que se pudieran efectuar sobre animales,
habida cuenta que los animales carecen de neocórtex y, su OVN, ha mantenido una plena utilidad, a
diferencia de lo que acontece con los seres humanos.
Tras muchos años de
confusión e incertidumbre, el presente estudio está moviendo y, va a seguir
moviendo cimientos en la comunidad científica nacional e internacional, al
haber puesto con rigor y contundencia el dedo en la llaga del origen y
erradicación definitiva de las patologías neurodegenerativas, que no sólo
suponen un ingente gasto, sino que social y familiarmente, conllevan un evidente deterioro en quienes directa o
indirectamente las padecen.
TRATAMIENTO
Expuesto lo que antecede, se concluye que el
tratamiento al que habría que someter a los enfermos que padezcan patologías
neurodegenerativas, lógicamente consistiría en anular la activación permanente
e involuntaria del OVN, por medio de la OCLUSIÓN
DEL ORIFICIO que comunica la Cavidad Vomeronasal con la Cavidad Nasal.
La técnica a emplear,
consistiría en localizar por medio de una ENDOSCOPIA
en cada individuo, la oquedad que comunica su cavidad vomeronasal con la
cavidad nasal. Una vez convenientemente localizado, se procedería a efectuar un
análisis exhaustivo de la zona en cuestión y, con la misma técnica endoscópica,
proceder a efectuar MANIOBRAS
TERAPEÚTICAS, consistentes en sellar el minúsculo orificio, impidiendo el
flujo constante de vomeroferinas a la parte del epitelio del OVN que todavía sigue siendo funcional.
De igual manera, habría que analizar, tanto el OVN y epitelio
vomeronasal de cada individuo, como el estrechísimo conducto que comunica la
cavidad nasal con la vomeronasal y que desemboca en el OVN, analizando las
sustancias sedimentadas en el mismo, a fin de determinar si existen
obstrucciones
En definitiva, la
técnica más aconsejable en la actualidad, sería efectuar con carácter
preliminar, una ENDOSCOPIA CON MANIOBRA TERAPEÚTICA.
Pudiéramos estar
hablando de la implantación de un minúsculo parche de nicotina o, en su
caso, de uno de similares características
al utilizado a modo de cartílago en la reconstrucción del tabique nasal u otro
minúsculo implante de similares características que no produjese efectos
secundarios ni al sistema olfatorio principal, ni al OVN toda vez que no se procede a su extirpación, sino tan sólo su
inhibición permanente.
En un principio, la
investigación clínica consistiría en
someter de forma y manera provisional en individuos que principien a referir incipientes
deterioros cognitivos, durante un periodo de unos 6 meses, a la inserción de un
implante provisional por medio de una ENDOSCOPIA CON MANIOBRA TERAPEÚTICA. Se
les iría sometiendo durante ese periodo
a diversas pruebas test control cognitivo. Una vez finalizada la prueba,
se procedería a extraer ese minúsculo implante y se procedería a evaluar de
nuevo a los pacientes con diversos y secuenciales test control cognitivos.
En función a los
resultados obtenidos, se procedería de forma y manera definitiva o cuando
menos, en plazos superiores al año, a fijar implantes en esa oquedad,
confirmando de forma y manera definitiva que el origen de las Patología
Neurodegenerativas radica en una DISFUNCIÓN
O ACTIVACIÓN PERMAMENTE E INVOLUNTARIA DEL OVNO U ÓRGANO DE JACOBSON.
TESTIMONIO
En este apartado,
el coautor del presente informe, Javier García García, enfermo de Parkinson, va
a describir de forma somera cual ha sido su experiencia desde el momento en que
intuyó que el origen de la patología que padecía pudiera radicar en una disfunción del OVN u Órgano de Jacobson, así
como describirá las distintas técnicas utilizadas para paliarla y los
resultados obtenidos:
Hace aproximadamente
unos treinta años me diagnosticaron mi enfermedad, con la cual tuve que
convivir y adaptarme. Me preguntaba constantemente, ¿ cómo era posible que con
tanto avance de la ciencia, se supiera tan poco o, por mejor decir, nada sobre
el origen de mi patología ?. Unas navidades, concretamente las relativas al año
2003-2004, movido por la agudeza intuitiva que nos dota el cerebro ante
situaciones de supervivencia, vislumbré donde podía radicar el origen de mi
patología.
En la primera de ellas, procedí a introducirme un
hielo en el interior de mis cavidades nasales a la altura del OVN u Órgano de Jacobson.
El resultado de la prueba fue inmediato y, lo puedo calificar, de espectacular,
percibiendo una mejoría en los síntomas negativos de mi enfermedad.
En la segunda, de
similares características a la anterior, lo que hice fue practicar sobre la zona un inhalador
anestésico de los que utilizan los dentistas, experimentando una súbita y
repentina mejoría.
La tercera prueba,
consistió en taponarme ambas fosas nasales durante la noche, procediendo a
respirar por la boca mientras dormía. Los resultados fueron muy prometedores,
hasta el punto de experimentar una notable mejoría durante la mañana del día
siguiente.
Estas prácticas,
pese a la obtención de evidentes y significativos logros, no tuvieron la
continuidad deseable; las dos primeras por la imposibilidad manifiesta en su
prolongación en el tiempo, debido a la propia naturaleza de las sustancias
aplicadas. La última, tanto por la incomodidad que supone el tener que respirar
por la boca durante un lapsus continuado de tiempo y la posible incidencia
adversa en la alteración del flujo aéreo
en la cavidad nasal.
Con el transcurso
del tiempo y, una vez que hemos profundizado en la investigación, constatando
que, una vez que se impide el paso de las vomeroferinas a través del orificio
que comunica la cavidad nasal con la vomeronasal, los efectos del parkinson
minoran de forma significativa, he vuelto a efectuar con mayor precisión las
pruebas anteriormente meritadas y, los resultados no pueden ser más
esperanzadores a la par que sorprendentes.
En una primera
fase, he vuelto a taponarme durante la noche ambos orificios nasales y le he
dado cierta continuidad, experimentando una más que evidente mejoría,
sobremanera, en la primera parte de la jornada.
Como no era
suficiente, toda vez que a lo largo del día esa parte quedaba desprotegida y
continuaba el flujo descontrolado de vomeroferinas activando mi OVN durante el
día, con los efectos perniciosos que lleva aparejado, he procedido, a modo de
sustancia mucosa artificial, a taponarme con un cleenex ambos orificios nasales
a lo largo del día, produciéndose una mejoría espectacular con el transcurso de
tan sólo 3 horas.
En su consecuencia
y, tras las pruebas-test practicadas, he llegado a la siguiente conclusión:
Mis orificios nasales
están permanentemente despejados. Puedo insuflar aire a mis pulmones con toda
eficacia, nada lo impide. Sin embargo, para mí, la hiperventilación equivale a
malestar, a rigidez. Tras décadas de convivencia con mi molesto y pertinaz
compañero de viaje, el parkinson, he relacionado
directamente mi patología con los sistemas olfatorio principal y secundario.
Es por ello, que considero absolutamente necesario, no
proceder a una solución provisional y, en su caso, limitada en su efecto, sino
abogar por una solución definitiva, consistente en proceder a taponar de forma
y manera definitiva el orificio que une la cavidad nasal con la vomeronasal, a
través de una pequeña placa, implante o similar que, sin dañar la zona
afectada, ocluya permanentemente la posibilidad de una activación involuntaria
del OVN u Órgano de Jacobson, impidiendo el paso constante de vomeroferinas.
ASOCIACIÓN INVERSA TABAQUISMO VERSUS PARKINSON-ALZHEIMER
5.- ASOCIACIÓN INVERSA DEL TABACO Y EL
PARKINSON Y EL ALZHEIMER.-
En este apartado vamos a exponer la relación que presenta la
ingesta del tabaco, con el desarrollo de las patologías neurodegenerativas.
En una primera fase,
el consumo del tabaco coadyuva a proteger a las personas impidiendo la
incidencia de estas patologías. El hábito del tabaco, en mayor o menor medida,
contribuye, principalmente a través de la nicotina y, en cierto modo del
alquitrán, a proteger junto a la sustancia mucosa, el orificio que comunica la
cavidad nasal con la cavidad vomeronasal, impidiendo, por ende, que se pueda
activar el OVN de forma y manera permanente, quedando provisionalmente anulado,
inhibiendo la llegada de vomeroferinas y, en su consecuencia la activación de
todo el proceso desencadenante.
Ahora bien, esta fase
inhibidora inicial, se transforma con el tiempo, en otra potenciadora de las
patologías neurodegerenativas. La acumulación y el sedimento de la nicotina y,
sobremanera el alquitrán, tras varios años de ingesta, produce no sólo el
ensanchamiento del pequeño orificio de apenas 1 milímetro de diámetro, sino que
incluso, puede llegar a dañar a parte del epitelio vomeronasal, en el que radican
las célular periféricas, produciendo graves consecuencias.
Con esta segunda
fase, se daría explicación a los procesos desencadenantes y virulentos de las
personas que, tras varios años consumiendo tabaco, dejan repentinamente de
fumar. En un primer estadio, se produce una paulatina desaparición de la
nicotina y el alquitrán sedimentados en la zona, para posteriormente, dejar
descarnado e indefenso al OVN, con una mayor penetración de vomeroferinas,
potenciando la activación permanente y más intensa del OVN, sin que pueda ser
compensada por la segregación de sustancia mucosa.
CAUSAS
En definitiva, no se puede hablar de una única causa
generadora de las patologías neurodegenerativas, sino de múltiples, complejas y
variadas causas que inciden, en mayor o menor medida, con mayor o menor
intensidad, de unos a otros seres
humanos.
Hablamos, por
consiguiente, de una serie concausas que
coadyuvan a desencadenar el proceso generador de patologías neurodegenerativas
que inciden en los seres humanos con
toda su virulencia y que, tan solo tangencialmente, pudieran afectar a los animales al no haber desarrollado
esos el neocórtex. Por la incidencia de
determinadas vomeroferinas, puedan sufrir éstos, alteraciones en su
funcionamiento de su OVN, mucho más desarrollado que el de los humanos, que
impliquen distorsiones en sus comportamientos instintivos como está ocurriendo
con la abejas.
En su consecuencia,
se complica la posibilidad de hacer un
estudio comparativo en fase pre-clínica
en animales, analizando pormenorizadamente las concausas que les afectarían, y
trasladarla a los seres humanos, por
cuanto los animales carecen tanto de neocórtex como, en su consecuencia de las
dos vías neuronales expuestas.
En seres humanos,
podemos resaltar como concausas que contribuyen al desarrollo de la patología,
entre otras, las siguientes:
1.-ª.- GENÉTICA.- La conformación,
así como su localización y desplazamiento difiere sustancialmente de unos seres
humanos. No hay dos órganos vomeronasales idénticos, ni se replican con la
mismas características. En unos tiene una forma y dimesiones que en otros puede no tener. El conducto
que conecta a la Cavidad Nasal y a la
Vomeronasal conduce al OVN, no tiene ni la misma longitud ni las mismas
dimensiones. A su vez, dentro de la cavidad vomeronasal, irregular en su forma
y en sus dimensones, puede que tenga una mayor o menor cantidad de neuronas
sensoriales y de ramificaciones nerviosas. Al igual que las huellas dactilares
y, partiendo de unas características comunes, el OVN es único y personal en
cada uno de los seres humanos, lo que incide en su ulterior funcionamiento.
2ª.- MEDIOAMBIENTAL.- Esta concausa hay que ponerla en relación con
las Vomeroferinas de nuevo cuño que,
desde la revolución industrial han experimentado un crecimiento exponencial.
Sustancias volátiles a las que estamos permanentemente expuestos tanto en las
zonas rurales como urbanas. Desde productos químicos de limpieza, hasta la
contaminación producida por las emisiones constantes a la atmosfera de toda
índole, cuya incidencia sobre el epitelio vomeronasal a modo de sustancias
volátiles se manifiesta de forma constante. En un primer estadio, estamos
parcialmente protegidos por la constante segregación de sustancia mucosa
protectora, impidiendo el paso constante de vomeroferinas al Epitelio
Vomeronasal, pero dada la agresión constante cada vez estamos más expuestos a
sufrir agresiones externas que desencadenen estas patologías a edades más
tempranas.
Resulta urgente,
erradicar la emisión de sustancias contaminantes suspendidas en la atmósfera,
la gran mayoría de nuevo cuño, que en
forma de vomeroferinas incidadn significativamente en el desarrollo de estas
patologías.
3ª.- CICLO NASAL.- consistente en la alternancia de
respirar secuencial y alternativamente por cada uno de los orificios nasales,
replicándose el ciclo en función de cada
persona, completándose en un periodo de aproximadamente unas seis horas. Por lo
tanto, un correcto funcionamiento del ciclo nasal, contribuye a una normal
segregación de la sustancia mucosa respiratoria. Por el contrario, cualquier
alteración en el ciclo puede conllevar una disfunción en la segregación de la
sustancia mucosa que se pueda acumular a modo de filtro en el pequeño orificio
que comunica la cavidad nasal con la vomeronasal.
4ª.- DEGENERATIVA- EDAD.- Resulta evidente que el ser humano tiene
un deterioro en su organismo motivado por el transcurso del tiempo. A partir de
los 65 años, hay una minoración ostensible en la segregación de la sustancia
mucosa respiratoria.
Este hecho lleva
aparejado que, a partir de esa edad, aumente exponencialmente la posibilidad de
sufrir patologías neurodegenerativas, hasta el punto de poder aseverar que si
la expectativa de vida se prolongase más allá del siglo de vida todos los seres
humanos somos susceptibles de padecer estas patologías.
5ª.- HABITOS DE VIDA.- Los hábitos de vida que cada individuo
desarrolla, sin duda que influyen en una mayor o menor segregación de sustancia
mucosa o, por el contrario, como el tabaco o el estar en contacto permanente
con determinadas sustancias, puede incidir en una alteración tanto del ciclo nasal como de la
segregación de sustancia mucosa.
6ª- FACTORES EXÓGENOS.- Como pudieran derivarse de intervenciones o
golpes sufridos en esa zona, reconstrucción del tabique nasal y cualesquiera
otra que pudiera afectar directamente a una zona tan sensible como es la que
comunica la cavidad nasal con la vomeronasal.
PROCESO DESENCADENANTE
3.- PROCESO
DESENCADENANTE.-
Expuesto lo que
antecede y con anterioridad al estudio de las concausas que inciden en las patologías
neurodegenerativas, procederemos a abordar el análisis del proceso desencadenante.
A edades
tempranas, los seres humanos tenemos un menor riesgo de sufrir patología
neurodegenerativas, habida cuenta que el OVN
u Órgano de Jacobson, no obstante ser parcialmente funcional, se encuentra
protegido por la sustancia mucosa protectora, evitando, por ende, un constante flujo
de vomeroferinas y una permanente activación del OVN.
Es la zona parcialmente
funcional del epitelio vomeronasal, la que se encuentra en un extremo más
alejado de la Cavidad Vomeronasal, es por ello la mayor dificultad que
encuentran la Vomeroferinas, a una edad temprana para incidir en ese extremo
del Epitelio Vomeronasal y, en su consecuencia, se reduce considerablemente su posibilidad
de activación.
Con el transcurso
de los años y, por diversas concausas, que difieren e inciden de forma diversa
de unos individuos a otros, tanto la segregación de la sustancia mucosa protectora como las variaciones experimentadas en el
conducto que comunica la Cavidad Nasal con la Vomeronasal, hacen que de forma y
manera paulatina se vaya descarnando esa zona facilitando, por ende, la
penetración constante e ininterrumpida de Vomeroferinas y, en su consecuencia,
la ACTIVACIÓN DEL OVN U ÓRGANO DE
JACOBSON.
En ese proceso
desencadenante, nos encontramos en una primera fase en la cual, el OVN se
activa de manera ocasional e
intermitente, sin que los individuos tengan un deterioro
neurodegenerativo ostensible, tan sólo empiezan a referir pérdida secuencial de
olfato.
Recordemos, que el
ser humano ignora si su OVN está o no activado y en la frecuencia e intensidad en
que lo está, a diferencia del Sistema Olfatorio principal, cuya información nos
llega al Neocórtex a través del bulbo olfatorio.
El proceso
desencadenante se mostraría, en una segunda fase, con mayor intensidad a partir de los 65 años,
edad en la cual los seres humanos reducen considerablemente el mecanismo de
segregación de sustancia mucosa protectora.
Por determinadas
concausas, menores de 65 años, también pueden sufrir con virulencia esta
segunda fase. Hay que significar que, cada vez es más frecuente la presencia de
este tipo de patologías en edades más tempranas, a consecuencia del deterioro
que sufre el conducto vomeronasal en determinados seres humanos, por factores
exógenos al consustancial deterioro
evidenciado por la edad.
El proceso desencadenante lo podemos
describir de la siguiente manera:
Una vez que el OVN u ÓRGANO DE JACOBSON se encuentra absolutamente desprotegido,
tanto a edades tempranas- menores de 65 años- por la concurrencia de diversas
concausas como la incidencia del tabaco o factores medioambientales o, a edades
superiores a 65 años, por una menor
protección en el conducto vomeronasal de
la sustancia mucosa, las vomeroferinas penetran constantemente y activan con
mayor o menor intensidad- dependiendo de
la naturaleza de cada vomeroferina y de la estructura de cada epitelio
vomeronasal revestido de mayor o menor número de neuronas sensoriales bipolares
de cada individuo-esa parte final del Epitelio Vomeronasal, en el que se
encuentran radicadas las Neuronas Sensoriales Bipolares.
Una vez que la
Neuronas Sensoriales Bipolares, reciben ese estímulo exterior en forma de
vomeroferinas, automáticamente y, sin solución de continuidad, emiten una respuesta de actuación que es conducida
a través de los nervus terminallis al Sistema Nervioso Central.
Ese proceso puede
tener un periodo de duración que oscila en función de la naturaleza de cada
vomeroferina y del epitelio vomeronasal entre unos 5 minutos a 30 minutos.
Ahora bien, si hay un flujo permanente de vomeroferinas por estar el epitelio
constantemente expuesto a las mismas, su activación se puede decir que puede llegar
a ser prácticamente permanente.
Es precisamente la Amígdala Cerebral, la que en su función
de centinela o vigía que escudriña cualquier posible amenaza o situación de
peligro, en su ZONA CENTRAL, la que recibe
ese estímulo exterior procedente del Epitelio Vomeronasal y, sin solución de
continuidad, desde esa zona central emite una respuesta, sin pasar por el más
informado y lento neocórtex.
Esa zona central
de la amígdala se conformó, antes de que la naturaleza nos dotase de la
posibilidad racional de decidir y sopesar como afrontar determinadas
situaciones de peligro o emergencia que se nos presentaban. Nuestra
subsistencia precisaba reacciones instintivas e inmediatas. En definitiva, por
su vital importancia, se focalizó en la Zona Central de la Amígdala.
Una vez que la evolución, nos dotó de la
última capa cerebral o neocórtex, nos confirió la posibilidad, no sólo de tener
conciencia como individuos de nuestra existencia, sino de discernir cómo y de
qué manera podemos afrontar racionalmente determinadas situaciones de peligro.
No obstante lo cual, la naturaleza humana al
ir desarrollando y superponiendo capas cerebrales más avanzadas, empero, no
desechó la funcionalidad de las capas primitivas, conservando estas su
primigenia función. Es por ello, que la amígdala cerebral en su ZONA CENTRAL- la más importante- recibe
estímulos de los sabores- ingesta- como de los mensajes viscerales, de peligro
o emergencia.
Por otro lado, al haber desarrollado la
especie humana el neocórtex, la amígdala cerebral en su ÁREA
CORTICOMEDIAL recibe estímulos e
información del Sistema Olfatorio Principal, información que recoge el bulbo
olfatorio y envía a la Amígdala Cerebral. La información procedente el Área
Corticomedial, está supeditada en todo momento, a la información que recibe de
su ZONA CENTRAL, quedando la misma
bloqueada e interferida desde que es
recogida por el bulbo olfatorio y emitida en dirección al neocórtex, toda vez
que ante el flujo de información, la Amígdala Cerebral da prioridad, por su
propia naturaleza de emergencia, a la
información procedente del Epitelio Vomeronasal y residenciada en su ZONA CENTRAL.
En su consecuencia,
tenemos a la AMIGDALA CEREBRAL como
el órgano común y vertebrador donde
convergen señales sensoriales procedentes
tanto del Bulbo Olfatorio como del Epitelio Vomeronasal y, dentro de la
Amígdala Cerebral, a su Área Central como el motor de su funcionamiento Ahora
bien, como precisamente es la Zona Central, la atávica la que está recibiendo
señales constantes y urgentes de peligro, tanto las señales procedentes como
las respuestas emitidas, se les dotó evolutivamente de preferencia sobre
cualesquiera información recibida del Sistema Olfatorio Principal vía Bulbo
Olfatorio. A fin de evitar interferencias- la propia subsistencia dependía de
ello a la hora de afrontar con éxito determinadas situaciones de emergencia-, se
bloquea en la amígdala cerebral constantemente la información del sistema
olfatorio principal evitando por ende,
que la misma sea recogida y procesada por el neocórtex.
Esta interferencia
en la emisión y recepción sensorial, viene a poner de manifiesto la anosmia que
se produce como indicio revelador y antesala del desarrollo ulterior de las
patologías neurodegenerativas.
Una vez que se recibe por parte de la Zona
Central de la Amígdala Cerebral un estímulo sensorial del epitelio Vomeronasal,
en forma de neurona sensorial bipolar, automáticamente y sin solución de
continuidad, se activa cerebralmente el
mecanismo de alarma, a fin de
predisponer al cuerpo humano para poder afrontar con éxito una situación de
supervivencia.
En la enfermedad
de Alzheimer, se produce una activación involuntaria del OVN ante situaciones de peligro o amenaza, por
ello automáticamente entra en funcionamiento el hipocampo, a fin de poder reconocer si esa situación de amenaza se
ha afrontado con anterioridad y, en su caso, la forma en que haya sido abordada
con éxito. Si el hipocampo no reconoce inmediatamente esa situación de
emergencia, automáticamente el hipocampo,
da paso a otra fase en que entran en juego junto al hipocampo los
lóbulos prefrontales que imprimen de mayor intensidad al organismo en aras a abordar con éxito esa situación. Si la señal
de emergencia persiste, amén del hipocampo, entra en juego el tallo cerebral y
el sistema nervioso central
Por otro lado, y en contraposición con las constantes
órdenes de miedo,peligro y emergencia, tenemos la información que llega al
neocórtex por el resto de los sentidos que, en modo alguno es de peligro
latente y, de otro el OVN está constantemente enviando y predisponiendo al
cuerpo para afrontar situaciones extremas y absolutamente excepcionales de
supervivencia. Esta paradoja desemboca
en una muerte neuronal por estrés, con un deterioro constante de la información
almacenada en el hipocampo, cuya ubicación se encuentra muy próxima a la
Amígdala Cerebral.
En su consecuencia,
se puede aseverar que desde la conformación del neocórtex, tenemos una vía de conexión neuronal larga o
tradicional, en la que el neocórtex
recibe señales procedentes de los órganos sensoriales a través del tálamo, que
se encarga de procesar la información recibida.
Desde el mismo, esa información se dirige a las distintas partes del
neocórtex, que son las encargadas de reconocer cada uno de los objetos percibidos
y que significa su presencia. Desde allí, se envía una respuesta al Sistema
Límbico y, desde este finalmente, se emite la respuesta correcta a todas las
partes del cuerpo.
Con anterioridad a
la gestación del neocórtex y, en la actualidad conviviendo con él toda vez que
no ha perdido su primigenia
funcionalidad, se constata que existe una vía neuronal corta que elude el informado neocórtex y que comunica
directamente el Epitelio Vomeronasal con la Amígdala Cerebral, al recibir ésta
un estimulo en forma de vomeroferina,
emite inmediata e instintivamente una respuesta.
Al entrar en
constante colusión, la vía neuronal corta por medio de una activación
permanente e involuntaria del OVN predisponiendo al cerebro y, por ende, al
cuerpo humano para abordar una situación atávica de supervivencia, con otra más racional , si bien mucho más
lenta y larga, que nos llega a nuestro
neocórtex a través de la información procedente del resto de los sentidos,
produce un constante flujo de información contradictoria, que desemboca en un
deterioro neuronal constante.
En la enfermedad del
Parkinson, una vez que se recibe la señal de emergencia, procedente de la
activación involuntaria y permantente del OVN,
se produce una generación constante de sustancia dopaminérgica, a fin de
poder predisponer y dotar al cuerpo de
las características necesarias para abordar con éxito, esa situación de
peligro, activando tanto el tallo cerebral como el Sistema Nervioso Central.
Por un lado, la vía neuronal corta nos dota y predispone de
los mecanismo necesarios para abordar una situación absolutamente excepcional;
de otro, la vía neuronal larga, contrarresta esa predisposición del cuerpo para
luchar o huir, informando al cuerpo que en modo alguno nos encontramos a las
puertas de abordar situación de peligro alguna y que no necesitamos la
sustancia dopaminérgica generada.
Nos encontramos ante una estresada vía corta,
que emite situaciones de peligro constante e inminente y, con una carencia
secuencial, se solapa la información algo más lenta procedente del neocórtex.
Se le da instrucciones al cuerpo para activarse y generar sustancia
dopaminérgica, para a continuación, contrarrestar la información emitida y
enviarle otra información contradictoria que nos indica que no es necesaria esa
sustancia dopaminérgica.
El cerebro que es
adaptativo e inteligente, una vez que ese proceso se dilata en el tiempo, tiene
como consecuencia una interferencia en la normal producción de sustancia
dopaminérgica en los enfermos de parkinson, hasta que con el transcurso del
tiempo el cerebro humano deja de producir “per se” sustancia dopaminérgica por
cauces naturales por estrés contradictorio. En su consecuencia, los enfermos de
parkinson, necesitan dotarse de
sustancia dopaminérgica, por mecanismos artificiales para encontrar un cierto
equilibrio.
Subscribe to:
Posts (Atom)