Friday, June 10, 2011

PROCESO DESENCADENANTE

4.-PROCESO DESENCADENANTE.

                Sentado lo anterior, a continuación vamos a describir cuál es el proceso que desencadena  la activación permanente e involuntaria del OVN y los efectos perversos  que, en su consecuencia, se derivan.

                En una primera fase, desde su conformación y, a edades tempranas,  el OVN tan sólo se activa de forma y manera excepcional en aquellos sujetos en los que se conserva activo,  toda vez que el mismo está protegido por la sustancia mucosa, no produciendo ninguna alteración sustancial en los individuos por cuanto su activación es muy esporádica.

                Ahora bien, esta circunstancia varía con la edad, los hábitos de vida poco saludables como el tabaco y medioambientales de los sujetos, el ciclo nasal y el desgaste propio de la edad en la generación de la sustancia mucosa, sobremanera a partir de los 65 años.

     
Como anticipamos el OVN está comunicado con la cavidad nasal a través de un minúsculo orificio de apenas 1 milímetro de diámetro, al que le protege en un primer estadio  la sustancia mucosa. Dicho orificio, a lo largo de la vida y circunstancias de cada individuo puede verse descarnecido, sobremanera por la ausencia de sustancia mucosa protectora derivada del  anormal funcionamiento de un correcto ciclo nasal. Una vez descarnado el OVN, las sustancias químicas exógenas tienen el camino libre y expedito para incidir de forma y manera permanente a través de  la lipocalinas en el epitelio vomeronasal, provocando una respuesta inmediata. 

                Al tratarse del OVN donde radican los instintos más intensos y primitivos, una vez que recibe una activación de alerta en su epitelio vomeronasal, a través de las neuronas sensoriales bipolares, inmediatamente la amígdala cerebral a modo de centinela o vigía de cualquier amenaza exógena, emite una respuesta permanente de peligro sin pasar por el más informado y lento neocórtex.

                Nos encontramos, por consiguiente, con una activación permanente e involuntaria del OVN, que automáticamente vía conexión directa del tálamo con la amígdala cerebral, emite una respuesta urgente al margen del más informado y racional neocórtex.

                Ahora bien, una vez emitida permanentemente esa señal neuronal de emergencia, por cuanto el OVN está desprotegido, nos encontramos con la circunstancia que el resto de los sentidos en su vía neuronal clásica y larga, procesa una información contradictoria al neocórtex, toda vez que éste no procesa ninguna situación anómala de emergencia ni de peligro alguno que contrarrestar y  que haga saltar alarma alguna.

                Esta situación prolongada en el tiempo, hay que recordar que el ser humano carece de la percepción acerca de si su  OVN o Sexto Sentido está o no activado o en funcionamiento, a diferencia del Sistema Olfatorio Principal,  al carecer de odorantes, produce en el hipocampo-lugar dónde se almacena la memoria a corto y largo plazo-, unas importantes distorsiones que, prolongadas en el tiempo, hacen que se produzca una constante muerte neuronal por estrés y un deterioro progresivo de la información almacenada en el hipocampo abriendo las puertas a las patologías neurodegenerativas.
               
Uno de los indicios que nos pueden anticipar que el OVN se está activando, es la paulatina PÉRDIDA DE OLFATO, toda vez que para evitar cualquier posible dispersión en nuestra atención, una vez que se activa el OVN, se anula automáticamente la percepción del sistema olfatorio principal, al anticiparse la conexión neuronal del OVN a la del sistema olfatorio principal a través de la amígdala cerebral produciéndose el solapamiento de ambos procesos neuronales. Esta concentración en el OVN, se detecta a través de un mayor riego sanguíneo en detrimento del Sistema Olfatorio Principal.

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