El Órgano
Vomeronasal en humanos se puede considerar como un VESTIGIO EVOLUTIVO. En un principio, resultó ser un órgano
fundamental que nos proporcionó la naturaleza para la subsistencia del ser
humano para, posteriormente y, tras el desarrollo del córtex cerebral, quedar
relegado evolutivamente a un segundo plano. Al
ser humano se le ha dotado evolutivamente con el neocórtex de la
capacidad de discernimiento para procrear, alimentarse o afrontar situaciones
de peligro.
Un órgano plenamente
funcional en su inicio, desde la conformación del neocórtex, ha ido
paulatinamente perdiendo virtualidad inhibiéndose una gran parte de su
funcionamiento, sin que por el contrario, haya sido anulado en su totalidad. En
su consecuencia, actualmente, es un órgano PARCIALMENTE
FUNCIONAL, toda vez que el Epitelio Vomeronasal recubre parcialmente el
OVN.
El Órgano
Vomeronasal Humano, es un Órgano
Olfatorio Accesorio o Secundario del
Sistema Olfatorio Principal, que tiene como función básica PERCIBIR MENSAJEROS QUÍMICOS EXTERIORES ESPECÍFICOS.
Estas sustancias
químicas volátiles se denominan VOMEROFERINAS
y, al igual que el OVN han experimentado un gran
cambio tanto en frecuencia como en
intensidad, sobremanera, con la
proliferación de sustancias químicas de nuevo cuño que quedan
suspendidas en el ambiente, tanto en
zonas rurales como urbanas.
Desde la Revolución
Industrial, el número de sustancias químicas volátiles y contaminantes
suspendidas en el aire ha crecido exponencialmente y, por ende, su exposición
al OVN.
La MORFOLOGÍA DEL OVN difiere
sustancialmente de unas personas a otras, así como su localización y desplazamiento.
Ello es debido a que durante la embriogénesis, aproximadamente entre los días
37 a 43, dependiendo de cada individuo, sufre una invaginación, a partir de la
cual adopta la forma ciliada o tabular. En su desarrollo embrionario y, debido
a su atrofia evolutiva, aproximadamente
durante la semana 12 a la 14 de gestación, se evidencia que el mismo ha perdido
una gran parte de la funcionalidad, conservando una menor cantidad de neuronas receptoras sensoriales y
nerviosas, mermando en consecuencia la capacidad de recepción del epitelio
vomeronasal.
En su
consecuencia, la forma que adopta finalmente en seres adultos, así como su
localización y desplazamiento, difiere de unos seres humanos a otros. Unas
veces, adopta una forma ovalada, otras
más circular, pero siempre de manera irregular, prevaleciendo la forma de saco
cónico.
La cavidad
vomeronasal humana, aproximadamente tiene una extensión de unos 7 milímetros y,
una anchura máxima de unos 4 milímetros. Es de ESTRUCTURA BILATERAL- recibe
señal y emite respuesta-, en forma de tubo o cilindro irregular. Dicha cavidad,
está conformada por microvellosidades a modo de membrana, detectándose en su
interior neuronas, sensoriales bipolares,
que recubren parcialmente el OVN, actuando a modo de un epitelio
vomeronasal.
El meritado
epitelio vomeronasal, desde la gestación del neocórtex, ha experimentado una
progresiva atrofia o minoración de funcionalidad, perdiendo una gran parte de
sus neuronas sensoriales bipolares así como de las ramificaciones nerviosas que
con el mismo conectan. En la actualidad, en los seres humanos, podemos aseverar
que se encuentra PARCIALMENTE FUNCIONAL.
Una característica esencial del OVN, consiste
como desarrollaremos más adelante en el estudio del proceso desencadenante, es
que conecta directamente con el Sistema Nervioso Central a través de los Nervus
Terminallis.
Por último, significar que la Cavidad Nasal
y la Vomeronasal, se encuentran COMUNICADAS
por un minúsculo orificio de apenas
1 milímetro de diámetro. Dicho orificio, está protegido por la acumulación de
sustancia mucosa respiratoria que actúa a modo de filtro protector.
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